La toxina botulínica es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum.
La capacidad que posee la toxina botulínica para producir parálisis muscular se aprovecha desde el punto de vista clínico para tratar ciertas enfermedades neurológicas que cursan con una hiperactividad muscular.
Su uso se ha extendido en el ámbito médico, La Fisiatría es una de las especialidades médicas en la que la toxina botulínica aporta mayores beneficios terapéuticos.
RECUERDE TRAER
ESTUDIOS DIAGNÓSTICOS PREVIOS
La toxina botulínica, en sus formas terapéuticas A y B, ha demostrado ser útil en el manejo de variados cuadros de relevancia en el campo de la rehabilitación, siempre en el marco de un plan de intervención multidisciplinaria. Sus efectos se enmarcan en un perfil clínico seguro, con mínimos efectos colaterales potencialmente reversibles. Los beneficios reportados con este recurso terapéutico son ampliamente reconocidos tanto en la esfera física (sintomatológica y funcional) como repercusiones positivas en ámbitos psicológico y social.
USOS EN REHABILITACION
- Espasticidad
- Distonías
- Espasmos hemifaciales
- Blefarospamos
- Sialorrea
- Dolor
- Síndrome miofascial
- Dolor neuropático